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  • Diversas áreas de Fundación Chile, donde se incluyen Sustentabilidad, Circular HR y EXPANDE, se unieron para ofrecer asesoría a las empresas que decidan avanzar hacia la Economía Circular y contribuir a un país más sustentable.
  • Más allá de la exigencia de la Ley REP, está demostrado que implementar la circularidad al interior de las organizaciones trae beneficios ambientales, económicos y un alto valor social.

El Foro Mundial, en una publicación realizada junto a la fundación Ellen MacArthur, estimó que la Economía Circular puede significar ahorros de hasta US$1 billón para el año 2030. Un incentivo más para que las empresas de distintos rubros se decidan a evolucionar desde procesos lineales a la circularidad. Para apoyar esta transición, Fundación Chile ofrece un servicio que integra la experiencia de diversas áreas en temas de sustentabilidad, innovación, tecnología, roadmapping y gestión cultural.

“El servicio que ofrecemos, desde Fundación Chile, apunta al desarrollo e implementación de una estrategia de Economía Circular, entendiendo que todas las organizaciones van a tener un transitar distinto, dependiendo de dónde están, cuál es su línea de base, a dónde quieren llegar y qué deben hacer para alcanzar esa meta. Nuestra trayectoria, principalmente en temas de sustentabilidad, es fundamental para poder cocrear en conjunto con ellos una hoja de ruta acorde a la realidad de cada compañía”, explica Patricio Balmaceda, gerente de Consultoría de Circular HR.

Tres principios son los que definen el avance hacia la Economía Circular: eliminar los residuos y la contaminación desde el diseño, mantener productos y materiales en uso por el mayor tiempo posible y regenerar los sistemas naturales. Como destaca Patricio Balmaceda, “no se trata sólo de reciclar, que es lo que la mayor parte de la gente entiende como Economía Circular”. Explica que el reciclaje “es el grado más bajo dentro de los criterios de circularidad e implica centrarse en lo que se produce ‘aguas abajo’ y no en lo que hay que hacer ‘aguas arriba’, antes de generar esos residuos”.

Más allá de la Ley REP

Karien Volker, subgerente de Consumo y Producción Sustentable de Fundación Chile, comenta que, en esta transición hacia un modelo circular, “uno de los principales desafíos que enfrentan las industrias es la falta de una línea base y de estandarización de data de todas sus operaciones y procesos, que permita establecer metas medibles y priorizar acciones”. De ahí la importancia de contar con un acompañamiento experto.

A juicio de la ejecutiva, “las grandes industrias tienen un rol clave al ser traccionantes y habilitadores para la economía circular en otros sectores, a través, por ejemplo, de la incorporación de estándares circulares o de carbono-neutralidad en sus compras de productos o servicios; o bien implementando alianzas para co-crear productos y soluciones circulares innovadoras que faciliten una mejor recuperación, reprocesamiento y reutilización”.

Según Patricio Balmaceda, la Ley REP ha acelerado la actividad de las empresas para desarrollar proyectos e iniciativas en línea con la Economía Circular, emprendiendo acciones que buscan ir más allá de la normativa. “Decidieron ocuparse y no solo preocuparse, como es el caso de la industria minera, la que está asumiendo un rol traccionante y habilitante, de modo de impulsar que sus proveedores y otras empresas sigan este camino de la circularidad”.

BHP y AMSA han puesto en marcha estrategias de Economía Circular con el apoyo de Fundación Chile, lo que se vio reflejado en la reciente Exponor, donde se presentaron desarrollos en circularidad del plástico y neumáticos, entre otros.

El acompañamiento de Fundación Chile a distintos sectores productivos y empresas, en su transición hacia un modelo circular, se concreta en las siguientes fases: sensibilización y educación ejecutiva, marco normativo, diagnóstico de oportunidades, hoja de ruta e implementación.

Esto incluye “desarrollar pilotos que permitan evaluar el impacto de las iniciativas que se están planteando, para después escalarlos, si es que alcanzan el resultado esperado”, detalla el gerente de Consultoría de Circular HR, comentando que toda la estrategia es en colaboración con la empresa, “porque no es un servicio en que les digamos cómo lo tienen que hacer, sino que lo cocreamos con ellos, poniendo todo nuestro conocimiento técnico a su disposición”.

“La meta final es aportar a un Chile y un planeta más sustentable, disminuyendo los residuos. A nivel internacional, de acuerdo con las cifras del Reporte The Circularity Gap, solo un 8,6% de los materiales extraídos y utilizados anualmente vuelven a ingresar en la economía, lo que demuestra la urgencia de superar el modelo lineal y avanzar hacia la circularidad», concluye Karien Volker.


¿Qué es la Economía Circular?

Según la Fundación Ellen Macarthur, el presente modelo económico de «extraer, producir, desperdiciar» está llegando ya al límite de su capacidad física. “La Economía Circular es una alternativa conveniente que busca redefinir qué es el crecimiento, con énfasis en los beneficios para toda la sociedad. Esto implica disociar la actividad económica del consumo de recursos finitos y eliminar los residuos del sistema desde el diseño”, Ver más información.

Principios de la Economía Circular

Repensar el sistema de producción y redefinir el futuro (Ver video) es urgente, basándose en tres principios: eliminar los residuos y la contaminación desde el diseño, mantener productos y materiales en uso por el mayor tiempo posible y regenerar los sistemas naturales.

El Ministerio del Medio Ambiente (MMA) plantea que “en una Economía Circular, la minimización del impacto ambiental de productos, servicios y procesos se aborda desde las primeras etapas de planificación y con un enfoque sistémico. Se busca así eliminar la basura y la contaminación con diseño inteligente” (Ver más información).

La extensión de la vida útil de los productos es prioritaria, “buscando siempre evitar que se degrade su valor o se conviertan en contaminación”.

Respecto a la regeneración de los sistemas naturales, desde el MMA plantean que “la Economía Circular reconoce que somos parte y dependemos del medio ambiente, que este está degradándose y debemos ser agentes activos de su regeneración”.