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Compartimos la noticia publicada por el Diario Financiero, con participación de Luis Sapag, director de Capacidades Críticas de Circular HR -consultora de Capital Humano de Fundación Chile

  • Aunque Chile está bien posicionado en la extracción de litio a nivel mundial, uno de los principales retos de la industria pasa por generar conocimiento que sume valor al producto.

‘Chile es uno de los mayores productores de carbonato de litio en el mundo y, a pesar de ello, no tiene un desarrollo equivalente en conocimiento’, comenta Gonzalo Gutiérrez, encargado de la Unidad del Litio del Ministerio de Minería, destacando que buscar soluciones con valor agregado se ha vuelto una prioridad. Así, la Investigación y Desarrollo (I+D) en torno al litio y los salares es un desafío que se adoptó desde los mundos público y privado.

Apuntar a esto es clave para generar una industria robusta, en un momento en que las estimaciones de Cochilco hablan de una demanda de 2.114 kt de carbonato de litio equivalente a 2030, lo que implica un crecimiento relevante a lo generado en 2020, cuando se llegó a 327 kt.’Este incremento descansa en el mayor consumo proyectado de baterías de ion litio del sector automotriz. Estiman que el segmento de vehículos eléctricos pase de representar el 41% del consumo agregado de litio en 2020 a un 73% en 2030′, explica Patricio Cartagena, secretario general de la Cámara Minera de Chile.

Con I+D, dice, ‘se pueden desarrollar nuevos productos y además es trascendental para los procesos, tanto para mitigar los efectos negativos de la extracción como para generar mayores ingresos, por entregar productos más desarrollados y a menor costo de producción’.

Álvaro Videla, profesor del Departamento de Minería de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica, afirma que avanzar en la cadena de producción aumenta significativamente el valor obtenido: ‘Mientras el mercado del material catódico, ánodos, y electrolitos se estima en torno a US$7 billones, el que construye baterías con estas componentes tiene ingresos hoy en torno a US$25 billones. Avanzar entonces puede ser atractivo, pero también presenta enormes desafíos tecnológicos para proveer de soluciones competitivas y diferenciadas a quienes nos llevan décadas de ventaja’.

Trabajo público-privado 

Para Gutiérrez es imprescindible dotar al Estado de los recursos humanos, científicos y técnicos que permitan conocer del litio y los salares, ‘de modo que podamos tomar decisiones basadas en evidencias, conversar con las grandes empresas y especialistas de una manera simétrica, y poner inteligencia en las políticas sobre el litio y salares’.

De hecho, el Ministerio de Minería ha establecido acuerdos con su par de Ciencias y con el Consorcio de Universidades Estatales (CueCh) para apoyar la construcción de capacidades humanas y técnicas del Estado en torno al litio y los salares, lo que incluye la creación de un centro de investigación referente regional e internacional.

También hay esfuerzos desde los privados. ‘La experiencia nos ha demostrado que además de generar valor agregado, la I+D nos ha permitido crear, probar y producir innovación de vanguardia, orientada al cliente y a la creación de productos de nueva generación’, afirma Ignacio Mehech, vicepresidente de Asuntos Externos y Country Manager de Albemarle Chile, firma que tiene uno de sus tres centros de innovación del mundo en el país.

En el caso de SQM, José Miguel Berguño, vicepresidente senior de Servicios Corporativos de la firma, cuenta que han desarrollado más de 40 proyectos, estudios y convenios de colaboración con universidades chilenas y extranjeras, y cuentan con un centro de pilotaje. ‘Podemos como país invertir en innovación’, agrega, destacando que por medio de Corfo, durante el primer trimestre, destinaron alrededor de US$ 400 millones para ese fin.

Videla indica que las alianzas público-privadas son primordiales, debido al alcance y grado de las complejidades que se enfrentan cuando se busca avanzar hacia mercados globales. ‘Esto permite alinear estratégicamente recursos, capacidades y necesidades’, acota, y ayudaría a ofrecer soluciones coherentes con la demanda global y con el menor impacto ambiental y social posible.

En este escenario, Cartagena cree que el rol que tome la política pública es clave, con señales que deben ser ‘claras y contundentes, declarando que Chile busca desarrollar y acelerar el potencial de reservas mineras de litio, facilitando el acceso a los recursos mineros y viabilizando proyectos’. Además, bajo una asociación público-privada, debe apuntar a financiar I+D para productos, procesos y servicios ligados a la industria de litio.

Pero también es clave, a juicio de Luis Sapag, director de Capacidades Críticas de Circular HR -consultora de Capital Humano de Fundación Chile-, perfeccionar el capital humano. Esto hace necesario articular planes de desarrollo de competencias, con foco en el procesamiento y mantenimiento de equipos fijos. ‘Es importante potenciar, tanto los roles profesionales de investigación e innovación como los roles operativos, porque están interconectados’, advierte.

Avanzar en I+D permitirá desarrollar nuevos productos y mejorar los procesos, tanto para mitigar los efectos negativos de la extracción como para generar mayores ingresos.